El inagotable reciclado del Aluminio

  • Fecha: 13 de Abril de 2018

Muchos de los objetos que nos rodean son de aluminio y pueden terminar siendo una ventana de tu casa, o esta puede reencarnarse en otro objeto en una nueva vida.

Dadas las características del aluminio y su capacidad de ser usado en fundición, moldeado, extrusión, laminación o trefilado, hace que este noble metal sea empleado en multitud de aplicaciones de la vida moderna.

 

Parece inimaginable que desde un diminuto cable de unos auriculares de los que usamos a diario, hasta las complejas estructuras estancas de la estación espacial internacional, pasando por cualquier equipo electrónico de nuestro alrededor o el interruptor de la luz de la habitación en la que estás, sean o tengan parte de aluminio. Y eso no es lo realmente sorprendente, sino que todas las cosas que vamos a enumerar pueden terminar intercambiando sus funciones mediante el sistema de reciclado del aluminio y su versatilidad.

 

Ningún otro material de construcción es capaz de obrar el milagro de que un coche termine siendo una ventana, unas latas, pasen a ser una puerta, o que unas antiguas ventanas terminen siendo el revestimiento de una fachada. Todo está interconectado y lo que hoy fue aluminio fundido, dando forma a una pieza industrial o de un coche, se transformará en un “tocho” de extrusión para producir perfiles para la difusión de calor en un equipo electrónico y lo más maravilloso de este proceso cuasi infinito, es que nunca el aluminio pierde sus calidades y características como metal, en un proceso que apenas gasta un 5% de energía del que precisaría la extracción de alúmina a través de la Bauxita, manteniendo así un equilibrio sostenible con el medio ambiente.

 

El proceso del reciclaje del aluminio ha llegado ya hasta los hogares, donde se ha comenzado en los últimos años a sumar una cantidad de materiales desechables de aluminio como latas de bebidas, el papel de aluminio, o los bricks contenedores de diferentes productos de consumo doméstico, que tras un exhaustivo sistema de proceso, recuperan su parte de aluminio y este es vuelto a introducir en la cadena del aluminio.

 

El recuperador (empresa encargada de la recuperación del aluminio en distintos soportes procedentes de la sociedad) se encarga de seleccionarlo, separarlo de otros materiales para que una vez limpio sea reducido a bloques de chatarra que pasarán al fundidor o refinador que lo convertirá en lingotes, tochos o laminados, listos para su vuelta al proceso de diferentes industrias.

 

De esta forma el aluminio mantiene un equilibrio sostenible con la sociedad a la que sirve, no generando residuos y haciendo buena la máxima de las tres “ERRES”, Reducir, Reutilizar y Reciclar.

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